Cuando lancé por primera vez Blades of Fire de MercurySteam, esperaba un sucesor espiritual de su serie Castlevania: Lords of Shadow con influencias del God of War moderno. Durante la primera hora, la experiencia se transformó, revelándose como un Soulslike con progresión basada en armas en lugar de estadísticas de RPG tradicionales. Después de tres horas con el juego, me di cuenta de que ambas impresiones eran parcialmente correctas pero incompletas: Blades of Fire combina con destreza elementos familiares en algo novedoso dentro del género de acción y aventuras.
Las similitudes superficiales del juego con God of War son innegables. Su ambientación de fantasía oscura de inspiración nórdica, su combate contundente y su perspectiva íntima en tercera persona evocan instantáneamente las recientes aventuras de Kratos. Mi sesión de demo reforzó estos paralelismos: navegar por entornos llenos de rompecabezas con un joven acompañante, encontrar a un habitante del bosque que vive sobre una bestia colosal. La influencia de Souls se vuelve igualmente aparente a través de puntos de control similares a hogueras que reponen objetos de curación mientras resurgen los enemigos. Aunque estos elementos resultan familiares, Blades of Fire los filtra a través de una estética de fantasía claramente ochentera.
Donde Blades of Fire realmente se distingue es mediante su sistema de combate direccional. Cada botón frontal corresponde a direcciones de ataque específicas: disparos a la cabeza con el triángulo, golpes al torso con la equis, mientras que el cuadrado y el círculo ejecutan ataques izquierdos/derechos respectivamente. Estas mecánicas brillan durante encuentros clave; contra un primer jefe trol, seccioné quirúrgicamente su brazo armado usando golpes precisos de la mano derecha antes de finalmente arrancarle la cara por completo, cegando temporalmente a la criatura. El combate exige una conciencia constante de las posturas enemigas: los ataques bajos pueden eludir defensas altas, mientras que las diferentes posturas de arma (cortante vs. perforante) afectan tus opciones tácticas.
La innovación más convincente de Blades of Fire radica en sus sistemas de durabilidad y forja de armas. Las armas se degradan gradualmente con el uso, requiriendo afilado a mitad del combate o cambio de postura. Cuando el equipo finalmente se rompe, deberás repararlo en los puntos de control o fundirlo en el sistema de fabricación notablemente profundo del juego. Esto no es un simple ensamblaje desde menús:
El sistema de forja crea un vínculo significativo con tus armamentos: la muerte hace que sueltes tu arma actual permanentemente, aunque permanecen recuperables en el mundo. Aunque es exigente, esta mecánica refuerza la importancia de tu equipo fabricado. Mis principales preocupaciones involucran si el mundo de fantasía oscura puede sostener su duración de más de 60 horas, y cierta complejidad en las mecánicas de forja. Sin embargo, con refinamientos antes del lanzamiento, Blades of Fire podría ofrecer una perspectiva fresca sobre los RPG de acción basados en armas que honra sus inspiraciones mientras forja su propia identidad.